miércoles, 11 de mayo de 2011

Últimos días de clase

5 días, eso es lo que me queda de clase, y después, tras algún que otro examen en días sueltos, toca estudiar selectividad, pero, 5 días, mis 5 últimos días de instituto, mis 5 últimos días viendo diariamente a mis amigos, contándonos tonterías sin sentido por falta de tema de conversación, por saberme ya sus vidas de memoria, por haber estado estos años con ellos. No podéis imaginar lo que me duele dejar el instituto, uno de los lugares donde mejor y peor lo he pasado, el lugar al que he estado asistiendo casi todos los días desde hace 4 años (teniendo en cuenta  que en otro instituto pase 2 años), pensadlo, ¿no habéis deseado muchas veces con todas vuestras fuerzas que ardiera y que no quedara nada de él? pero en el fondo, os gusta, así me siento yo ahora, me gustaría quedarme en el instituto durante algunos años más, Dios... como voy a echarlo de menos. Mis amigos... eso si que lo voy a echar muchísimo de menos ¿Qué voy a hacer yo ahora? sin mi Rho, sin mi Gus-gus, sin mi Oveja... sin todos, voy a tener que aprender a estar sin ellos, Rho ya no va a estar ahi para preguntarle mis dudas sobre cualquier cosa, ni tampoco voy a escuchar su incofundible risa que siempre hace que yo la acompañe con la mia; Gustavo ya no va a poder alegrarme el día diciendo cualquier chorrada sin sentido que de lo estúpida que es acaba por hacerte gracia, o por sacarte de quicio, y tampoco va a estar para aguantarme esos días que ni siquiera mi madre me aguanta; y cuando tenga algún problema, no voy a tener a mi Oveja para contárselo y que me de uno de sus consejos utilisimos, voy a tener que aprender a vivir de nuevo. Mis profesores, hasta a ellos los voy a echar de menos, la profesora de historia, siempre con su manera cariñosa de explicar las cosas y con su manera bondadosa de corregir los exámenes; el profesor de geografía/historia/ética, mi querido tutor, entrañable señor siempre contando batallitas, una persona realmente encantadora; y sobre todo, el mejor profesor de todos cuantos he tenido en todos mis años de estudios, mi queridísimo profesor de latín/griego, siempre con sus bromas, chistes, borderías disimuladas por sus correctas maneras al hablar, sus comentarios sobre sexo (también disimulados) a todas horas que hacen que todos nos riamos hasta que toca el timbre, sus palabrejas extrañas tan útiles para dejar mal a la gente sin que ellos mismos se den cuenta y sobre todo, su manera excepcional de sacar todas las cualidades de una persona, profesor, muchísimas gracias, de verdad, es usted una de las personas con las que más cosas he aprendido nunca.
En resumen, me va a doler muchísimo dejar el instituto, pero es una experiencia que se tiene que pasar, aún así, quiero dar las gracias a todos mis amigos, enemigos, compañeros indiferentes, profesores, a todo lo que me ha acompañado durante mis años de instituto, porque todo esto es lo que ha hecho que sean los mejores años de mi vida, y si una sola cosa hubiera cambiado, nada habría sido tan maravilloso como ha sido.

miércoles, 4 de mayo de 2011